jueves, 31 de agosto de 2017

Gracias Dios


Un alma recién llegada al cielo se encontró con San Pedro. El santo la llevó a dar un recorrido por el cielo. Ambos caminaron, paso a paso, por unos grandes talleres llenos con ángeles. San Pedro se detuvo frente a la primera sección, y dijo: -¡Ésta es la sección de recibo! Aquí, todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración son recibidas. El alma observó la sección, y estaba terriblemente ocupada con muchos ángeles clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel de personas de todo el mundo. Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección, y San Pedro le dijo: -¡Ésta es la sección de empaque y entrega! Aquí, las gracias y bendiciones que la gente pide son empacadas y enviadas a las personas que las solicitaron. El alma vio cuán ocupada estaba. Había tantos ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones estaban empacando a la Tierra. Finalmente, en la esquina más lejana de los talleres, el alma se detuvo en la última sección. Para su sorpresa, sólo un ángel permanecía en ella, ocioso, haciendo muy poca cosa. -¡Ésta es la sección de agradecimiento! -dijo San Pedro al alma. -¿Cómo es que hay tan poco trabajo aquí? -preguntó el alma. -¡Esto es lo peor! -contestó San Pedro-. Después que las personas reciben las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento. -¿Cómo uno agradece a las bendiciones de Dios? -Simple -contestó San Pedro-, sólo tienes que decir: "GRACIAS DIOS..."