Un ministro estacionó su automóvil en una zona donde estaba prohibido
hacerlo en medio de una gran ciudad y colocó el siguiente mensaje en el
parabrisas: —He dado diez vueltas a esta cuadra. Tengo una cita que cumplir.
Perdona nuestras ofensas. Cuando regresó a su automóvil, encontró esta
respuesta escrita en su nota, junto con una boleta de infracción: —Yo llevo
diez años dándole vueltas a esta cuadra. Si no le impongo una multa, pierdo mi
trabajo. No nos dejes caer en la tentación.