miércoles, 30 de agosto de 2017

Lealtad


Cuando alguien te cuenta sus problemas, no significa que se está quejando ¡Significa que confía en ti! Eduardo Alighieri dijo: “No confíes en quien habla más de los demás, si no es leal con sus amigos, contigo tampoco lo será”. Lo que escuches de los demás podría ser tan cierto o podría ser tan falso como la persona que te lo ha contado. No creas que porque el payaso ríe contigo, es amigo tuyo. Hay personas que no son leales a ti, son leales a lo que tú tienes o representas, y cuando sus necesidades cambian, así de fácil cambian sus lealtades. Juan Domingo Perón decía que: “Hay dos clases de lealtades: La que nace del corazón que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser desleales”. Una persona es leal cuando es firme en sus emociones y en las ideas que lo llevan a no engañar ni traicionar a los demás. La lealtad no la da la clase social, ni el dinero, ni el poder ni la inteligencia. ¡Se lleva adentro! La lealtad es una perla entre los granos de arena que solo aquellos que realmente entienden su significado pueden ver. Muchos conocen la palabra lealtad y otros tantos la repiten, pero pocos la entienden. Un fragmento del Manuscrito  encontrado en Accra de Paulo Cohelo hace una hermosa analogía que explica la lealtad de una manera sencilla: “La lealtad puede ser comparada con una tienda de exquisitos vasos de porcelana, cuya llave nos confió el amor. Existen vasos que se quiebran: el pacto de lealtad fue destruido. En ese caso es mejor barrer los pedazos y tirarlos a la basura, porque lo que se rompe jamás volverá a ser como era”.