jueves, 17 de agosto de 2017

¿Que quieres ser?


Hace un par de semanas tuve uno de esos momentos afortunados. Estaba en la habitación cambiando a uno de los bebés cuando Alyssa, mi hija de cinco años, entró y tomó asiento a mi lado sobre la cama. —Mamita, ¿qué quieres ser cuando crezcas? — me preguntó. Supuse que se trataba de algún juego imaginario y decidí seguirle el juego. Respondí: —Humm. Creo que me gustaría ser una mamá. —No puedes ser eso, porque ya eres una mamá. ¿Qué quieres ser? —Está bien, cuando crezca quiero ser clériga— respondí la segunda vez. —Mamita,-no, ¡ya lo eres! —Lo siento, cariño —le dije— entonces no comprendo qué es lo que debo decir. —Mamita, sólo tienes que decir qué quieres ser cuando crezcas. ¡Puedes ser cualquier cosa que desees! Para entonces, estaba tan conmovida por la experiencia que no pude responder de inmediato; Alyssa renunció y salió de la habitación. Aquella experiencia, aquella diminuta experiencia de cinco minutos, tocó algo en lo' profundo de mí. Me conmovió, porque a los ojos de mi niña, ¡todavía puedo ser cualquier cosa que desee! Mi edad, mi carrera religiosa, mis cinco hijos, mi esposo, mis títulos universitarios: nada de eso importaba. A sus ojos de niña todavía podía soñar y tratar de alcanzar las estrellas. A sus ojos de niña, mi futuro no había terminado. A sus ojos de niña todavía podía ser astronauta, pianista o incluso cantante de ópera. A sus ojos de niña todavía me faltaba crecer y disponía de mucho "ser" en mi vida. La verdadera belleza de este encuentro con mi hija se me hizo evidente cuando comprendí que, en su honestidad e inocencia, le habría hecho exactamente la misma pregunta a sus abuelos y a su bisabuela. Está escrito: "La anciana en que me convertiré será muy diferente de la mujer que soy ahora. Otro Yo comienza...". Entonces... ¿Qué quieres ser cuando crezcas?