El apóstol Pablo dijo: “Se dice: Uno es libre de hacer lo que
quiera. Es cierto, pero no todo conviene. Si, uno es libre de hacer lo que
quiera, pero no todo edifica a la comunidad”. ¿Sabías que hablar es vestir el
pensamiento con palabras? Con tantos ojos y oídos pendientes, elegir la ropa
justa y la ocasión para lucirla, es clave para dominar el arte”. Un tercio de
las empresas asegura haber rechazado a un candidato por tener un perfil
incorrecto en las redes sociales. Peor aún, más de la mitad de nuestras adolescentes
han enviado alguna sexting (imágenes de ellas mismas con poca ropa o en
posiciones eróticas) como regalo para sus novios. Y aunque estas imágenes sean
borradas de los Smartphone, quedarán registradas en “servidores” ubicados en
algún lugar del mundo. Estas imágenes son propensas a ataques de hackers
quienes a través del Ciberbullying pueden permanecer en Internet durante toda
la vida. Erróneamente nos han hecho creer que el mundo virtual nos permite experimentar
roles inimaginables, llevándonos a la conclusión de que nuestro mundo virtual
es mejor que el real. Estar conectado significa que podemos encontrar a más
gente, pero que también más gente nos puede encontrar a nosotros. No todas estas
personas son bienintencionadas y no todas las conexiones son positivas. ¡No
estoy diciendo que las redes sociales sean malas en sí mismas! Madame Curie
dijo: “Nada en la vida debe temerse. Solo debe entenderse”. Sin embargo, si me
preguntas: ¿Cuál es la mejor red social? ¡Una mesa rodeada de las personas que
tu más quieres!”.