Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar a nuestros hijos:
uno son las raíces; el otro: alas. Y para saber que tan buen tipo es usted,
¡Hay que mirar la conducta de sus nietos! Es un buen indicio de como las
personas en las que ha escogido invertir su legado, lo continuaran sin usted.
Trueblood dijo que: “Hemos empezado a progresar al descubrir el significado de
la vida humana cuando plantamos árboles que dan sombra sabiendo que nunca nos
sentaremos bajo ellos”. ¿Tienes claro quien tomara tu lugar el día que te vayas
de este mundo? ¡No hay éxito sin un sucesor! Recordé un proverbio de leñadores
del Siglo XIX que expresa: ¡Un árbol se mide mejor cuando está en el suelo! Si
tuviéramos que escribir su lápida, ¿Cómo desearía ser recordado? Un consejo: No
vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta. Y aunque
no tengas la menor idea de cuál será tu futuro, debes estar seguro que donde
quiera que vayas, allí dejaras una huella. ¿Mi legado? Quiero añadirles valor a
otros y que multipliquen ese valor en otras personas. Que el día en que ya no esté,
haya una sensación de que nunca me fui…