¿Sabías que el insulto es el último recurso de quien no tiene la
razón? La lengua humana es una bestia que constantemente forcejea por escapar
de su jaula y, si no se le adiestra de la manera adecuada, se vuelve contra uno
y le causa problemas. La lengua no tiene huesos, pero es lo suficientemente
fuerte para romper un corazón. Por eso, tenga cuidado con lo que dice. ¡Con la
lengua se tropieza más seguido que con los pies! El apóstol Santiago dijo que: “Es
cierto que todos cometemos muchos errores. Pues, si pudiéramos dominar la
lengua, seriamos perfectos, capaces de controlarnos en todo sentido”. Las mentes
grandes discuten ideas, las mentes promedio discuten sucesos, pero las mentes
pequeñas discuten con la gente. Por eso debe brillar en todas nuestras
conversaciones la humildad y la mansedumbre. La lengua apacible, dice el sabio,
quebranta las cosas más duras, en cambio el demonio está sobre la lengua del
que murmura. Por eso el perro tiene más amigos que la gente porque mueve más la
cola que la lengua. Un último consejo: “Cuando tengas duda, ten la lengua muda”.