Vivir correctamente no es una demanda ética o religiosa. La
supervivencia física de la especie humana depende de un cambio radical del corazón
humano. Por tanto, definimos la moral como el conjunto de comportamientos y
normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos.
Pero la ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación
con otras morales que tienen personas diferentes. Fogwuill decía que: “La ética
no es hacer o no hacer, sino decidir”. Es saber la diferencia entre lo que
tiene derecho a hacerlo y lo que es correcto. La ética responde a tres grandes
preguntas: ¿Quiero? ¿Debo? ¿Puedo? No todo lo que quiero puedo, no todo lo que
puedo debo y no todo lo que debo quiero. Habrá paz de espíritu cuando aquello
que se quiere es al mismo tiempo lo que se puede y se debe. Cuando no hay
ideales, decae la exigencia y se debilita la esperanza. Recuerda que la
confianza de los inocentes es la herramienta más útil de los mentirosos. ¡Todo estará
perdido cuando los malos sirvan de ejemplo y los buenos de burla! Nunca nos ha
sido tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres
sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de nuestra patria. ¡El
precio de la libertad es vigilancia eterna!