¿Sabías que al salir de la escuela, los niños han pasado un 50% más
de tiempo frente al televisor que frente a sus maestros? Está demostrado que excesiva
televisión interrumpe las rutinas de alimentación del infante, interfiere con
el sueño y se relaciona con un pobre rendimiento escolar. Los programas
dirigidos a los menores de dos años, incluso aquellos que se anuncian como
educativos, no tienen ninguna utilidad para estimular las capacidades cognitivas
y sociales del infante. La televisión no es buena para los niños ¡Simplemente
es la niñera más barata! La pantalla de televisión limita el juego creativo del
niño y reduce la interacción con sus padres o con otros niños. La Televisión no
hace otra cosa que estimular el trabajo, las compras, el consumo, la obediencia,
el no pensar, no cuestionar el sistema y seguir mirando la pantalla. Varias
investigaciones han mostrado una asociación entre mirar demasiada televisión y
un desarrollo más lento en el lenguaje de los niños. ¡Un niño pequeño no tiene
la capacidad mental para comprender lo que está viendo! Máxime que la televisión
no discrimina, ya que un niño y un adulto pueden ver el mismo programa. “Encuentro
la televisión muy educativa, decía Groucho Marx. Cada vez que alguien la
enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”.