Wayne Dyer dice que: “La gente siempre le echa la culpa a sus
circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente
a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las
circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican”.
Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturaleza de tus
errores. Tampoco debes culpar a otros de tus fallos porque eso disminuye tu
autoestima, aumenta tus sentimientos de culpa y tus inseguridades. ¡Aunque creas
que a ti te hace sentir más fuerte! Eres lo que eres por decisión tuya. Mucho
menos debes acusar a los tiempos, lo cual no es otra cosa que excusarnos a
nosotros mismos. Charles Chaplin dijo que: “Errar es de humanos, pero echarle
la culpa a los demás es más humano todavía”. Siempre será más cómodo echarle la
culpa al otro antes de hacer el “terrible” esfuerzo de ponerse en su lugar.
Quien sonríe cuando las cosas van mal ha pensado en alguien para echarle la
culpa ¡Así de sencillo! De ahí que: “No
hay ausente sin culpa, ni presente sin disculpa”. Deberíamos dejar de echar la
culpa a la piedra con la que tropezamos y empezar a mirar por donde pisamos. Dejar
de echarle la culpa a la gota que rebasó el vaso, y hacernos cargo de la
comodidad con la que nos sentamos a esperar que se llene.