¿Sabe usted en qué lugar de la Biblia se encuentra la frase: “Ayúdate
que yo te ayudare”? ¡En ninguna parte! Más bien dice: “Confía en el Señor con
todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos
tus caminos y El enderezará tus sendas” Proverbios 3: 5 y 6. Sin embargo, Dios
ayuda únicamente a quienes se ayudan a sí mismos. La mejor manera de asegurarte
de que Dios te va a cuidar es cuidándote tú. Un proverbio sueco dice que: “Dios
le da una lombriz a cada pájaro, pero no se la lleva hasta el nido”. No basta
ir a pescar peces con buena intención. ¡También se necesita llevar red! Dios no
deja que sueñes con nada que no puedas lograr, pero eso sí, esfuérzate en
lograrlo porque no te caerá del cielo. ¡Él te ayuda pero no mueve la pala por
ti! Nunca le pidas a Dios que guie tus pasos si no estás dispuesto a mover tus
pies.