Muchas veces no nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles,
pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. Para descubrirte debes
evolucionar, y para evolucionar debes desafiar tu voluntad. Insiste, resiste,
persiste pero jamás desistas. Teresa de Calcuta dijo: “Cuando no puedas correr
trota. Cuanto no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón
¡Pero nunca te detengas!”. Recuerda que el árbol más alto un día fue semilla.
¡Insiste! Ni siquiera un martillo hunde el clavo en el primer intento. La
superación personal requiere un cien por ciento de compromiso para lograrlo, de
lo contrario solo se quedara en un buen deseo de superarse plagado de excusas. No
todo depende de donde sopla el viento, también es cuestión de saber tripular.
Aguanta, insiste, porque un instante de éxito puede que compense tu fracaso
durante años. Repite después de mi: “Yo soy más fuerte que este desafío. Y este
desafío me está haciendo aún más fuerte”. El verdadero hombre sabio es el que
persiste y sabe que si insiste al final lo conseguirá.