Milan Kundera decía que: “El amor no se manifiesta en el deseo de
acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien”. ¡Tú eres el
deseo de todas mis noches! Eres el pensamiento que camina en mi mente. Llenas
mi vida de alegría y felicidad ¡Solamente tú eres mi amor! “Cuando amas a
alguien, decía Elizabeth Bowen, todos tus deseos guardados empiezan a aflorar”.
Yo lo que deseo es pasar noches enteras contigo. Que en cada amanecer abra mis
ojos y estés tú. Y aún después de tanto tiempo, que sigas siendo tú, en quien
piense, cuando me digan “Pide un deseo”. ¿Sabías que el amor nace del deseo
incontenible de hacer permanente lo pasajero? ¡Si no hay amor el deseo muere! Amor
y deseo son dos cosas diferentes porque no todo lo que se ama se desea, ni todo
lo que se desea se ama. Un viejo proverbio dice que si quieres a alguien por su
belleza no es amor, es solo deseo. Si quieres a alguien por su inteligencia, no
es amor, es admiración. Si quieres a alguien porque es rico, no es amor, es interés.
Pero si quieres a alguien y no sabes porque ¡Eso es amor! Dice Octavio Paz que:
“Entre el deseo y la realidad hay un punto de intersección: el amor”. Mi amor
por ti se hace eco a través de la noche y no puedo detener este sentimiento, no
hay nada que pueda hacer. Hoy no es un mal día para pasar otra buena noche
contigo ¡Enséñame que el cielo no queda allá arriba sino aquí a tu lado!