Todo lo que Dios hace va de acuerdo con su carácter. Él es
misericordioso, lo sabe todo, y actúa con justicia y su momento oportuno es
perfecto. Cuando Dios quiere hacer algo a través de nosotros, él nos lleva de
donde estamos hasta donde él quiere que estemos. Dios, en persona, toma la
iniciativa de llevarnos a una relación de amor con El y nos atrae con cuerdas
de amor cuando ¡No éramos sus amigos! Cuando Dios nos revela donde está obrando
es para invitarnos a unirnos a Él. Y cuando El revela su obra El espera que le
respondamos. Dios escogió a Moisés para utilizarlo como instrumento en la
liberación de Israel ¡Una misión gigante! Esta misión tamaño Dios provocó en Moisés
una crisis de fe: ¿Puede Dios realmente hacer lo que él dice? La manera en que Moisés
respondiese determinaría el seguir involucrado con Dios en algo que solo Dios podía
realizar, o seguir su camino perdiéndose del propósito de Dios para su vida. ¿Qué
hubiera sucedido si Moisés continúa su negativa de rechazar la invitación de
Dios? ¡Los propósitos de Dios se cumplirán con nosotros o sin nosotros! Moisés
debió hacer ajustes importantes en su vida para unirse a Dios en lo que Él
estaba haciendo: Maneras de pensar, amistades, compromisos, convicciones, etc. Moisés
fue un siervo moldeable y a medida que Moisés obedecía a Dios, Dios llevaba a
cabo lo que Moisés no podía hacer. Cuando obedecemos a Dios, El llevará a cabo
su obra por medio de nosotros, y lo conoceremos por experiencia personal. ¿Sabías
que Moisés vivió 40 años siendo alguien, 40 años siendo nadie para vivir 40
años siendo un siervo de Dios?