martes, 4 de julio de 2017

Discreciòn


Salomón dijo en una ocasión que: “A la persona sabia y madura se le conoce por su inteligencia. Cuanto más agradables sus palabras, más convincente es la persona”. La inteligencia no se manifiesta por tener un determinado nivel de estudio; sino en la capacidad de guardar silencio cuando el ignorante hace ruido. Por tanto, la discreción es una virtud que muestra madurez y prudencia. “Los charlatanes son los hombres más discretos, decía Alfred Houdetot, hablan y hablan y no dicen nada”. Muchos confunden la elegancia por la forma de vestir cuando en realidad está relacionado más bien en el trato con las personas y la discreción. “No puede haber gracia, decía Miguel de Cervantes, donde no hay discreción”. El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive. Mi abuela siempre decía: “Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro”. ¿Sabías que todos los órganos humanos se cansan alguna vez, salvo la lengua? Shakespeare dijo: “Permite que tu discreción sea tu tutor: ajusta la acción a la palabra, y la palabra a la acción”. La discreción en las palabras vale más que la elocuencia. Manéjate siempre con discreción y no hables más de lo necesario. ¡Cuidado con los excesos al hablar! Utiliza el concepto de la SUFICIENCIA y pon la medida de lo suficiente de palabras que salen por tu boca.