martes, 4 de julio de 2017

Eres como un arbol


En una ocasión, hubo un gran fuego que pasó por la selva ¡Todos corrieron! El hombre corrió, los pájaros volaron y buscaron abrigo, y hasta el león, por más fuerte, dominador y temido de la selva ¡También corrió! El único que no corrió fue el árbol. Fue tal la curiosidad que el fuego le preguntó al árbol: -Árbol, todos corrieron y tú ¿No vas a correr? El Árbol responde: -Yo soy Árbol plantado por Dios, fuego tú pasarás por mí, quemarás mis frutos y hojas. Pero… dentro de algunos meses yo volveré a florecer. Porque mi raíz ¡Tú no podrás quemar! Mis hojas, ramas y frutos nuevamente aparecerán. Pues el árbol que Dios planta ¡Nadie lo arranca! Recuerda que Dios te sustentará en toda tu vida. Venga el fuego que venga ¡Quédate firme! Pues tú eres un árbol plantado por Dios. Entonces no importa la situación que estés pasando ¡Tus raíces están firmes en aquel que todo lo puede! Dice Dios en Isaías 43: 2 “Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; Cuando cruces los ríos, no te ahogarás. Cuando tengas que atravesar por fuego, no te quemarás;     las llamas no arderán en ti”. No olvides que eres tan fuerte como un árbol plantado junto a corrientes de agua fresca, que da su fruto en el momento adecuado y al que nunca se le caen las hojas ¡Te irá bien en todo lo que hagas!