Quise olvidar mi pasado y me di cuenta de que olvidaría las cosas
buenas de mi vida, los momentos agradables y todas aquellas cosas que he
aprendido hasta hoy. Quise olvidar mis
fracasos y me encontré con que los volvía a cometer, pues había olvidado
"mis experiencias". Quise olvidar las tragedias que he vivido y todo
lo que valoraba perdió su sentido. Pensé que sería bueno olvidarme de todo el
mundo y me sentí sola, vacía y triste. Trate de alejarme de Dios y además de
que no pude todo me salió peor. Al final comprendí que toda mi vida es una gran
cadena de sentimientos y vivencias y que cada una de ellas depende de todas las
demás, y si tratase de borrar alguna borraría toda mi vida. No vale la pena las
dudas ni las incertidumbres. Para que preguntar: ¿Qué hubiera pasado si las
cosas hubiesen sido diferentes? ¿Si hubiese actuado de otro modo? ¿Si no
hubiera ocurrido lo que paso? El pasado no se borra, no se edita ni se cambia.
Solo se acepta y se supera. Si pudiese borrar todos los errores de mi pasado estaría
borrando toda la sabiduría de mi presente. Por tanto, he decidido repasar mi
vida y decidir ser feliz viviendo cada día como el mejor. Dejaré atrás mi
pasado y olvidaré el dolor. Lo lograré mirando la vida presente con más amor.
Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene
futuro…