jueves, 12 de abril de 2018

Debilidades


No cuentes demasiadas cosas de ti a los demás, a la hora de hacer daño la gente tiene muy buena memoria. Ten cuidado a quien le muestras tus debilidades, algunas personas desperdician tiempo para usarlas en tu contra. ¡Nunca le digas a la gente donde te duele! Porque será su lugar favorito para golpearte. Quien te juzga, olvida que todos tenemos debilidades y cometemos errores y solo el amor puede aceptarnos, perdonarnos y ayudarnos a mejorar. Un amigo verdadero conoce tus debilidades pero te hace notar tus fortalezas; siente tus miedos pero fortifica tu fe; reconoce tu falta de habilidad pero acentúa tus posibilidades. Si hay alguien que conoce todas tus debilidades y se convierte en tu peor enemigo es TU MENTE. Ahora, no se trata de disfrazar tus debilidades. ¡Al contrario! Serás fuerte cuando reconozcas tus debilidades. Yamamoto Tsunetomo dijo que: “Un samurái debe conocer sus debilidades y pasar su vida corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo suficiente”. Repite la lista, enumerando en voz baja todas tus debilidades: Los defectos, los errores y los males que te atormentan. ¡Confiésalos todos! En un prolongado y espléndido reconocimiento de todas tus faltas, desnúdate ante Dios sin ocultar nada. Recuerda que el poder y la misericordia de Dios se perfeccionan en nuestras debilidades y que según el Salmo 107: 8 es el único que hará hasta lo imposible a favor del ser humano.