lunes, 16 de abril de 2018

Guerra

Ningún ejército defiende la paz. Ningún ser humano ha desarrollado un mecanismo ritualizado inhibidor de la agresividad para garantizar la supervivencia de las especies. Por esa razón, el hombre es considerado una especie extremadamente peligrosa. Muertes sin sentido, un odio inacabable y un dolor que no se cura… eso es la guerra. Parece que en este mundo si no tienes las manos manchadas de sangre no llegarás a nada. Pitágoras decía que: “Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos, reinará en la tierra guerra y sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra dolor y muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor”. ¡Nunca habrá venganza que cure el dolor! “Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica, dijo Einstein, yo sugerí la mejor de todas: La paz”. La humanidad debe cuestionarse, una vez más, sobre el fenómeno absurdo y siempre injusto de la guerra, en cuyo escenario de la muerte y el dolor solo permanecen en pie la mesa de negociaciones que podrían y deberían haber evitado. Aquí se cumple aquello de que: “Buscan la guerra los que no la conocen”. ¿Los únicos ganadores de una guerra? ¡Son aquellos que hacen de ésta un negocio!