Hay personas que son como las monedas… no por valiosas sino por su
doble cara. La vida nos enseña que las apariencias engañan y que las palabras también.
Se puede ser todo lo bonito que quieras, pero dime… Si el mundo fuera ciego ¿A
cuanta gente impresionarías? No se auto engañen… La belleza de una persona no
reside en su físico, sino en la calidad de sus valores y en la riqueza de sus
buenas acciones. También he aprendido que no es oro todo lo que reluce, ni todo
conocido es amigo. Que no debo confiarme de las palabras bonitas y que no toda
rima es poesía. ¡Muchos tienen azúcar en la boca y veneno en el corazón! Que las
cosas buenas y la esencia de una persona se perciben en sus acciones y se
siente con el alma. Que en la vida hay personas que no dejan de sorprender… y
hay otras que no dejan de decepcionar. No todo lo que brilla es oro, dijo un
comerciante, y hasta el oro se opaca cuando se asoma un diamante. J. R. Tolkien
dijo: “No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido”.
No todo lo opaco es de menos valor… ¿Qué tal si es solamente un diamante en
bruto? No todo lo que brilla es ORO. Pero si yo ORO todo brilla. Que todo lo
que sube a Dios en oración, baja a la tierra en bendición.