Einstein decía que: “La paz no puede mantenerse por la fuerza;
solo puede lograrse con comprensión”. Todos piensan en cambiar el mundo, pero
nadie piensa en cambiarse a sí mismo, porque una persona que no está en paz
consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero. La única manera
de traer paz a la tierra es aprender a hacer pacifica nuestra propia vida.
Cuando tengas una dificultad, ve adentro y medita. Cuando haya felicidad, ve
afuera y comparte. Cuando uno desea la paz, no habla con los amigos, debe
hablar con sus enemigos. Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que
trabajar con Él. Entonces se convierte en tu compañero. Ahora no basta con
hablar de paz. ¡Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla! Sal y obtén
paz, piensa paz, vive paz, respira paz y la obtendrás tan pronto como desees. La
paz es la única batalla que vale la pena librar y es más que la ausencia de
guerra. ¡La paz es voluntad, es armonía! ¿Por dónde empezar? Teresa de Calcuta decía
que: “La paz mundial comienza con una sonrisa”. Y exige cuatro condiciones
esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad. Y debe de construirse con menos muros y más
puentes. Muchos piensan que: “Cuando todo se acomode, encontraremos paz. Dios
dice: “Encuentren mi paz y todo se acomodará”.