viernes, 30 de junio de 2017

Justicia, recompensa y castigo


Dios hizo a la gente buena ¡Pero la gente encuentra mil maneras de ser mala! He visto casos en que unos dominan a otros, pero al final todos salen perjudicados. También he visto que sepultan con honores a gente malvada, a esa gente perversa se les hacen grandes y fastuosos funerales, y vi a gente que hablaba bien de ellos aun cuando esto sucedía en los mismos pueblos en los que el difunto había hecho muchas maldades. ¿Y la gente buena? Ni en su propio pueblo la recuerdan ¡Eso no tiene sentido! Algunos reciben su castigo inmediatamente después de que cometen algo malo, pero si se demora el castigo otros se animan a hacer lo malo. Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades. Ahora, se supone que al malo debiera irle mal y al bueno bien, pero algunas veces sucede lo contrario: A la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena ¡Eso no es justo! Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que obedecen y temen a Dios. La gente mala no respeta a Dios y por eso no obtendrá lo que es realmente bueno ni tendrá larga vida. Su vida no será como la sombra que se hace cada vez más larga cuando el sol se oculta. En cambio, a quienes aman y obedecen a Dios les irá mejor. (Salomón)