Si estas esperando el amor verdadero debes activar ese
reencuentro, manteniendo la fe en su llegada, tomando cada experiencia como un
paso adelante, orando, llamándolo y bendiciendo a ese ser que aún no conoces
pero esperas. ¿Sabes algo? El también está esperando y haciendo lo mismo por
ti… Conéctate a su corazón, háblale, llámale con el pensamiento. Dile que lo
amas, que lo buscas y que le esperas. Toda la vida del ser humano sobre la faz
de la tierra se resume en esto: Buscar su “Otra parte”. ¡Pero no te desesperes!
A veces solo tienes que dejar de preocuparte, pensando y dudando. Ten fe en que
las cosas saldrán bien, tal vez no como lo habías planeado, pero solo es la
forma en que están destinadas a ser. Todo está tan mágicamente unido que si
tiene que ser, no podrás evitarlo. Lo que está destinado a suceder… siempre
encontrara una forma única y maravillosa para manifestarse. El destino acerca
los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía a lo imposible. Un
hilo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse sin
importar el momento, el lugar o las circunstancias. El hilo puede alargarse o
enredarse, pero nunca se romperá. Y cuando llegue tu amor, trascenderá las
fronteras, emanara desde la profundidad del corazón y acariciara tu alma por
siempre. Conocerle traerá muchísima luz a tu vida, y darás gracias a Dios todos
los días por darte ese regalo. Tu más alta bendición será mirarlo a los ojos y
amarlo.