Nunca es tarde para pedir perdón, para comenzar otra vez y decir
me equivoque. “Nunca es tarde, decía Charles Dickens, para el arrepentimiento y
la reparación”. Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva
historia o construir un nuevo sueño. Nunca es tarde para cambiar tu vida y ser
la persona que podrías haber sido. Nunca es tarde para volver a soñar aunque
nunca logres recuperar los sueños perdidos. Nunca es tarde para que llegue algo
mucho mejor, aunque creas que la vida te haya quitado lo que querías. Nunca es
tarde para levantarse hacia nuevas oportunidades. Nunca es tarde para
preguntarte detenerte, revisar y volver a elegir si no eres feliz. ¡Siempre
estas a tiempo! Nunca es tarde para aprender que “aprender” es siempre un
regalo, incluso cuando el dolor sea el maestro. ¡Nunca es tarde para darte
cuenta que mereces algo mejor! Nunca es tarde para darte cuenta que a veces las
personas con los peores pasados terminan creando el mejor de los futuros! Nunca
es tarde para reinventarte y elegir en quien te quieres convertir. Nunca es
tarde para amar, porque el amor es cuestión de almas y las almas no tienen
edad. Nunca es tarde para hacer que nuestra vida sea diferente. Nunca es tarde
para luchar por aquello que consideras que es importante para tu vida. Solo
tienes que alejarte de los hábitos que te destruyen y de las cosas que te
encadenan, pero aléjate de lo más importante: La DUDA…