Una persona demuestra sus valores por el modo en el que trata a
los que son diferentes a Él. Cuando escuchas sin juzgar, cuando hablas sin
ofender y cuando observas sin despreciar, te conviertes en una persona más
justa con los demás. ¿Sabías que los valores no se definen por las palabras,
sino por los actos? Valores como el compromiso, la compasión, el amor, la
sinceridad, la solidaridad, la honradez, la responsabilidad, la sencillez, son magníficas
piedras para edificar la casa de la vida. Todo el mundo sabe que existen los
valores, pero siempre se olvidan… Muchos
dicen tener valores y los muestran a través de sus discursos, pero son las
acciones las que realmente demuestran los que tienen. La diferencia entre una
casa y un hogar radica en que la casa se construye con ladrillos ¡El hogar se
construye con valores! Los aprendes en el hogar, te distinguen y te enseñan a
hacer lo que debes y no lo que quieres. Los valores te ayudan a decidir entre
lo que realmente quieres y lo que es bueno para ti. ¿Y la mejor manera de
enseñar valores? ¡Con el ejemplo! Seamos de esas personas que creen en los
buenos modales, tales como decir: “buenos días”, “buenas tardes”, “buenas
noches”, “muchas gracias”, “por favor”, “con permiso”, “perdón”. Personas que
creen en el respeto a los mayores y en hacer el bien recordando que los
principios y valores no se negocian ni cambian con la situación.