miércoles, 28 de junio de 2017

La riqueza es inùtil


Hay gente que dice que el dinero no es importante, pero cuando ya lo tiene nunca se satisface, porque siempre quiere más y más. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad! Cuanto más tengas, más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Quien se llena de dinero también se llena de gente que quiere gastarlo. Lo único que se gana con tener riquezas es contemplarlas ¡De tanto tener hasta el sueño se les quita! Rara vez, un rico, tiene una buena noche de descanso porque su riqueza le trae muchas preocupaciones. En cambio, el trabajador llega a casa y duerme en paz, tenga poco o mucho que comer. Hay gente que acumula riquezas en perjuicio propio, porque si invierte dinero en negocios arriesgados que fracasan, ¡Todo se pierde! Y no queda nada para dejarles a los hijos. Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. La gente trabaja duro para conseguir cosas, pero cuando muere no puede llevarse nada. ¿De qué nos sirve entonces tanto trabajar, y pasarnos la vida tristes, molestos, enfermos y enojados? He visto que esto es lo mejor que puede hacer uno: comer, beber y disfrutar de su trabajo durante la corta existencia en esta tierra. Dios nos concede una vida breve y eso es todo lo que tenemos. Si Dios le da a uno riqueza, propiedades y el poder disfrutar de ellas, hay que aprovechar, aceptar lo que Dios le da a uno como regalo, el fruto de nuestro trabajo. Ya que Dios nos hace estar felices, dejemos de preocuparnos tanto por la vida. (Salomón)