miércoles, 20 de septiembre de 2017

Buscadme y vivirèis


Cada vez más violencia, más maldad en la tierra. Parece que el amor ha muerto, la locura reina sobre la humanidad. Jóvenes acabados niños abandonados a precio de placer y decidiendo solo el interés. ¿Dónde queda la justicia y la venganza? ¿Dónde quedan el castigo y la razón? ¿Por qué callas Tú Señor y nos olvidas? ¿Cómo puedes permitir tanto dolor? ¿Dime donde está aquel Dios, el Dios de Elías que de vez en cuando se dejaba oír? ¿Cuánto tardará aún tu Espíritu en venir...? Necios como niños, torpes cachorrillos, como nos gusta jugar y nos gusta preguntar aquello que hace tiempo sabemos ya. Dios aún sigue hablando sigue aun contestando y aquel que quiere oír aún puede percibir Su voz de amor. Cómo puedo Yo derramar de mi Espíritu si mis hijos no se vuelven hacia a mí, ahora cíñete como un varón valiente, Yo hablaré y tú me contestarás a mí. ¿Dónde están aquellos hombres como Elías que dejaron todo por seguirme a mí? ¿Que rompieron compromisos sólo por agradarme a mí? ¿Dónde están aquellos tres que en Babilonia prefirieron ser quemados a ceder? ¿Dónde está aquel Daniel que me adoraba? ¿Dónde está la santidad de aquel José? ¿Dónde está ese niño que mató al gigante? ¿Dónde están los sucesores de Josué? ¿Dónde están esas mujeres entregadas  como Ester? Jóvenes acabados, niños abandonados a precio de placer y pagan el inocentes los errores de otros en el ayer.... Si mi pueblo se volviese y me buscase renovando así su entrega y su fe, si me amasen como aman sus caminos, si olvidasen los rencores del ayer, Yo abriria las ventanas de los cielos y la tierra hoy veria mi poder, mientras tanto aún repito como antaño: ¡Buscadme y viviréis!