“Pero mi pueblo no quiso oírme; ¡Israel no quiso obedecerme! Por
eso los dejé seguir con su capricho, y vivieron como mejor les pareció. ¡Si mi
pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos, en un
abrir y cerrar de ojos yo habría humillado a sus enemigos…! Dios alimentaría a
su pueblo con lo mejor del trigo, y con miel silvestre apagaría su sed” Salmos 81: 11 al 16 (DHH). ¿Sabías que todos,
en la vida, hemos fracasado en algo? Ahora, ¿Por qué la gente fracasa? Algunas
causas son: a) Actitud negativa, b) Falta de enfoque, c) Compromiso débil, d) Insistir
con un "caballo muerto", e) No escuchar el consejo de la persona
correcta según Proverbios 15: 22 y Eclesiastés 4: 10. ¡Pero la gran mayoría de
fracasos del ser humano se originan por desobedecer a Dios! Y recuerda que todo
lo que siembras, eso cosechas (Gálatas 6: 7 y 8). Ahora, no todo fracaso es
pecado pero todo pecado si es un fracaso. Tienes la potestad de obrar por reflexión
y elección (Albedrio) tal y como lo hicieron Adán y Eva (Génesis 2: 15 – 17). El
primer fracaso de la humanidad se convirtió en derrota cuando ambos intentaron
cubrir su desnudez (Génesis 3: 7), huir y esconderse (Génesis 3: 8) y culpar a
otros (Gen. 3: 10 - 13). Sin embargo, alguien dijo que: “Mientras hay vida hay
esperanza”. Por tanto “Nadie puede decir que has fracasado mientras no exhales
el último suspiro. Hasta ese momento, todavía estarás en proceso, y aún no se
habrá dicho la última palabra...”