Un magnate hotelero viajo a una ciudad Hindú por segunda vez a un
año de distancia de su primer viaje, al llegar al mostrador de un hotel
inferior en estrellas a los de su cadena, el empleado le sonríe y lo saluda
diciéndole: Bienvenido nuevamente señor, que bueno verlo de vuelta en nuestro
hotel; sorprendido en gran manera ya que a pesar de ser una persona tan
importante, le gusta el anonimato y difícilmente el empleado tendría tan buena
memoria para saber que estuvo allí un año antes, quiso imponer el mismo sistema
en su cadena de hoteles ya que ese simple gesto lo hizo sentir muy bien. A su
regreso inmediatamente puso a trabajar en este asunto a sus empleados para
encontrar una solución a su petición. Solución A: La solución fue buscar el
mejor software con reconocimiento de rostros, base de datos, cámaras
especiales, tiempo de respuesta en microsegundos, capacitación a empleados,
etc. Etc. Con un costo aproximado de 2.5 millones de dólares. Solución B: El
magnate prefirió viajar nuevamente y sobornar al empleado de aquel hotel para
que revelara la tecnología que aplican. El empleado no acepto soborno alguno,
sino que humildemente comento al magnate como lo hacían, él dijo: "Mire
señor, tenemos un arreglo con los taxistas que lo trajeron hasta acá, ellos le
preguntan si ya se ha hospedado en el hotel al cual lo está trayendo, y si es
afirmativo, entonces cuando el deja su equipaje aquí en el mostrador, nos hace
una señal, y así se gana un dólar".