Un muchacho entra en una farmacia y dice al farmacéutico: - Buenos
días, puede darme un preservativo. Mi novia me invitó a cenar esta noche y creo
que espera algo de mí. El farmacéutico le da el preservativo y cuando va a
salir, el muchacho se regresa y le dice: - Deme otro, porque la hermana de mi
novia también es muy linda, cruza las piernas de manera provocativa cuando me
ve y creo que ella también espera algo de mí. El farmacéutico le da el segundo preservativo
y cuando va a salir el muchacho se regresa y le dice nuevamente: - Deme otro
otra vez, porque la madre de mi novia sigue estando guapa y cuando me ve
siempre hace insinuaciones... Y como ella me invitó a cenar, creo que espera
algo de mí. En la cena, el muchacho está sentado con su novia a su izquierda,
la hermana a su derecha y la madre frente a él. Cuando el padre llega, el
muchacho baja la cabeza y se pone a rezar: - Señor, bendigo esta cena, gracias
por todo lo que nos das... Después de un minuto, el muchacho sigue rezando: -
Gracias Señor por tu bondad... Pasan diez minutos y el muchacho reza todavía,
siembre con la cabeza abajo, Todos se miran muy sorprendidos y la novia todavía
más que los otros. Se acerca al muchacho y le dice en la oreja: - ¡No sabía que
también eras creyente! Y él le responde: - Yo no sabía que tu padre era el
farmacéutico.