Uno de los más memorables casos de estudio de la gestión japonesa
fue el caso de la caja de jabón vacía, que ocurrió en una de las más grandes
empresas de cosmética de Japón. La compañía recibió la queja de un consumidor
que compró una caja de jabón y estaba vacía. Inmediatamente las autoridades
aislaron el problema a la cadena de montaje, que transportaba todas las cajas
empaquetadas de jabón al departamento de reparto. Por alguna razón, una caja de
jabón pasó vacía por la cadena de montaje. Los altos cargos pidieron a sus
ingenieros que encontraran una buena y rápida solución del problema. Solución
A: De inmediato, los ingenieros se lanzaron a su labor para idear una máquina
de rayos X con monitores de alta resolución manejados por dos personas y así
vigilar todas las cajas de jabón que pasaran por la línea para asegurarse de
que no fueran vacías. Sin duda, trabajaron duro y rápido. Solución B: Cuando a
un empleado común en una empresa pequeña se le planteó el mismo problema, no
entró en complicaciones de rayos X, robots, equipos informáticos o complicados;
en lugar de eso planteó otra solución: Compró un potente ventilador industrial
y lo apuntó hacia la cadena de montaje. Encendió el ventilador, y mientras cada
caja pasaba por el ventilador, las que estaban vacías simplemente salían
volando de la línea de producción.