“También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este
mes séptimo (Tishrei) será el día de expiación; tendréis santa convocación, y
afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún
trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros
delante de Jehová vuestro Dios… estatuto perpetuo es por vuestras generaciones
en dondequiera que habitéis”. Levítico
23: 26 – 31. Para Israel ¡El Día de la Expiación era el día más grande del año!
Hoy es conocido como Yom Kippur “Día del perdón”. En 1973, los ejércitos
egipcio y sirio atacaron por sorpresa a Israel durante la festividad religiosa
de Yom Kippur, aprovechando que la mayoría de los soldados judíos estaban de
permiso y en el que las guarniciones fronterizas de Israel contaban con apenas
la mitad de tropas que en días normales, para lanzar un ataque relámpago que
les permitiera recuperar los territorios perdidos en 1967. En las Alturas de
Golán, aproximadamente 180 tanques israelíes se enfrentaron a la embestida de
1.400 tanques sirios. A lo largo del canal de Suez, menos de 500 defensores
israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios. El ejército israelí fue capaz de
defenderse exitosamente y luego contraatacar a sus dos adversarios,
derrotándolos uno por uno. En sólo diez días, el III Ejército egipcio estaba
casi en ruinas, mientras que los tanques israelíes tenían a tiro de cañón los
suburbios de Damasco. Israel tuvo 2.500 muertos, 3.000 heridos y 500
desaparecidos. Perdieron 120 aviones y más de 600 blindados. En el bando árabe,
Egipto había sufrido 8.000 muertos y más de 10.000 heridos; Siria por su parte había sufrido
12.000 muertos y 20.000 heridos. Ambos países habían perdido en total cerca de
500 aviones y 1.500 blindados. “Dios mío,… ¡Fíjate en tus enemigos, mira cómo
te desafían! Hacen planes contra tu pueblo amado, con intenciones de hacerle
daño. Los ejércitos de muchas naciones se han puesto de acuerdo para hacerte la
guerra. Inventan intrigas astutas contra tu pueblo: «Vengan —dicen—,
exterminemos a Israel como nación;
destruiremos hasta el más mínimo recuerdo de su existencia» ¡Efectivamente,
esta fue su decisión unánime! Firmaron un tratado de alianza en tu contra… Dios
mío, Así como el fuego quema un bosque y una llama incendia las montañas,
persíguelos con tu tormenta feroz, atérralos con tu tempestad. Que sean
avergonzados y aterrorizados para siempre;
que mueran en deshonra. Entonces aprenderán que solo tú te llamas el
Señor, que solo tú eres el Altísimo, y sabrán que ¡Sólo tú gobiernas sobre toda
la tierra!” Salmos 83.