viernes, 22 de septiembre de 2017

No dejes que roben tus sueños


Había una vez un muchacho quien era hijo de un entrenador de caballos. El padre del muchacho era pobre y contaba con apenas unos pocos recursos para mantener a su familia y mandar al muchacho a la escuela. Una mañana en la escuela, estando el muchacho en la clase, el profesor le pidió a los alumnos que escribieran la meta que quisieran alcanzar para cuando fueran adultos. El joven escribió una composición de siete páginas esa noche en la que describía su meta. Escribió su sueño con mucho detalle y hasta dibujó un plano de todo el proyecto: Un rancho, las pesebreras, la ganadería, el terreno y la casa en la que quería vivir; en fin, puso todo su corazón en el proyecto y al día siguiente lo entregó al profesor. Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado, y con una nota que decía: “Venga a verme después de clases”. El chico del sueño fue a ver a su profesor y le preguntó ¿por qué me reprobó? El profesor le dijo: “Es un sueño poco realista para un chico como tú. No tienes recursos; vienes de una familia pobre. Para tener lo que quieres hacen falta muchas cosas y además mucho dinero. Tienes que comprar el terreno, pagar por la cría original y después tendrás muchos gastos de mantenimiento. No podrías hacerlo de ninguna manera”. A continuación el profesor agregó: “Si vuelves a hacer el trabajo con objetivos más realistas, reconsideraré tu nota”. El chico volvió a su casa y pensó mucho. También le preguntó a su padre qué debía hacer. Éste le respondió:” mira hijo, tienes que decidir por ti mismo; de todos modos, creo que es una decisión importante para ti, ¿cierto?”. Finalmente después de reflexionar durante una semana, el chico entregó el mismo trabajo, sin hacer cambio alguno. Le dijo al profesor: “Usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño”.