Una mujer se ganó una cubeta llena de monedas de veinticinco
centavos de dólar en un Casito de Atlantic City. Decidió tomarse un descanso
para ir a cenar pero primero quería guardar en su cuarto la cubeta con las
monedas. Se dirigió al ascensor y cuando intentó entrar, vio que ya dos hombres
negros estaban adentro. El más grande presionaba el botón que mantenía la
puerta abierta. La mujer se congeló en la puerta del ascensor y pensó: "¡Estos
dos negros me van a robar!" Permaneció parada y mirando fijamente a ambos
hombres. Con gran esfuerzo logró entrar al asesor evitando el contacto visual
con ellos. Se volteó rápidamente y quedó de frente a la puerta, con los dos
negros detrás de ella. La puerta se cerró, el ascensor no se movía. El pánico
la consumía. ¡Dios mío, -pensó-, estoy atrapada y a punto de ser robada! Su
corazón latía apresuradamente. Luego, uno de los hombres dijo: ¡¡Al piso!! Su
instinto de supervivencia le aconsejó: “¡Haz lo que te digan!” Lanzó la cubeta
hacia arriba, extendió sus brazos y se tiró de cabeza sobre la alfombra del
piso del ascensor y cerró sus ojos con firmeza. Una lluvia de monedas cayó
sobre ella. Oyó que uno de los dos hombres, le dijo cortésmente:- "Señora,
si nos dice a qué piso se dirige, presionaremos el botón correspondiente".
El que lo dijo estaba tratando de no soltar una carcajada. Ella abrió los ojos
y ellos le ofrecieron sus manos para ayudarla a levantarse. El más bajo de los
dos le dijo: - "Cuando le dije a mi amigo "al piso", quise decir
que debería presionar el botón de nuestro piso. No quise decir que usted se
arrojara al piso, señora." Entre los tres recogieron las monedas y
rellenaron la cubeta. Cuando el ascensor llegó al piso de ella, los dos hombres
insistieron en acompañarla hasta la puerta de su habitación y le desearon que
tuviese una buena noche. Dentro de su cuarto se podía oír las grandes
carcajadas de ambos hombres caminando hacia el ascensor. Al día siguiente, un
ramo de flores fue llevado a su habitación con una tarjeta que decía:
"Muchas gracias por las mejores carcajadas que hemos tenido en muchos
años". Estaba firmada por: "Eddie Murphy y Michael Jordan"