martes, 12 de septiembre de 2017

El ascensor


Una mujer se ganó una cubeta llena de monedas de veinticinco centavos de dólar en un Casito de Atlantic City. Decidió tomarse un descanso para ir a cenar pero primero quería guardar en su cuarto la cubeta con las monedas. Se dirigió al ascensor y cuando intentó entrar, vio que ya dos hombres negros estaban adentro. El más grande presionaba el botón que mantenía la puerta abierta. La mujer se congeló en la puerta del ascensor y pensó: "¡Estos dos negros me van a robar!" Permaneció parada y mirando fijamente a ambos hombres. Con gran esfuerzo logró entrar al asesor evitando el contacto visual con ellos. Se volteó rápidamente y quedó de frente a la puerta, con los dos negros detrás de ella. La puerta se cerró, el ascensor no se movía. El pánico la consumía. ¡Dios mío, -pensó-, estoy atrapada y a punto de ser robada! Su corazón latía apresuradamente. Luego, uno de los hombres dijo: ¡¡Al piso!! Su instinto de supervivencia le aconsejó: “¡Haz lo que te digan!” Lanzó la cubeta hacia arriba, extendió sus brazos y se tiró de cabeza sobre la alfombra del piso del ascensor y cerró sus ojos con firmeza. Una lluvia de monedas cayó sobre ella. Oyó que uno de los dos hombres, le dijo cortésmente:- "Señora, si nos dice a qué piso se dirige, presionaremos el botón correspondiente". El que lo dijo estaba tratando de no soltar una carcajada. Ella abrió los ojos y ellos le ofrecieron sus manos para ayudarla a levantarse. El más bajo de los dos le dijo: - "Cuando le dije a mi amigo "al piso", quise decir que debería presionar el botón de nuestro piso. No quise decir que usted se arrojara al piso, señora." Entre los tres recogieron las monedas y rellenaron la cubeta. Cuando el ascensor llegó al piso de ella, los dos hombres insistieron en acompañarla hasta la puerta de su habitación y le desearon que tuviese una buena noche. Dentro de su cuarto se podía oír las grandes carcajadas de ambos hombres caminando hacia el ascensor. Al día siguiente, un ramo de flores fue llevado a su habitación con una tarjeta que decía: "Muchas gracias por las mejores carcajadas que hemos tenido en muchos años". Estaba firmada por: "Eddie Murphy y Michael Jordan"