Baltazar Gracián decía que: “El primer paso de la necedad es
presumir de saber”. El necio critica porque cree saberlo todo, mientras el sabio
respeta porque reconoce que siempre puede aprender algo nuevo. ¿Sabías que
discutir con alguien que cree que lo sabe todo, es como darle medicina a un
muerto? ¡A quien cree que todo lo sabe no se le puede enseñar algo! Epicteto decía
que: “Es imposible para un hombre aprender lo que cree que ya sabe”. El que no
sabe y sabe que no sabe, es un ignorante… ¡enséñale! El que no sabe y cree que
sabe es un necio… ¡Ignóralo! El que sabe y sabe que sabe es un sabio… ¡Síguelo!
Un sabio lee muchísimos libros en su vida, pero sabe que le falta leer muchos más
¡Un necio lee uno solo y cree saberlo todo! La sabiduría es cauta porque sabe
que siempre puede aprender algo nuevo, en cambio la necesidad es atrevida porque cree saberlo todo. “El necio se cree
sabio, decía Shakespeare, pero el sabio sabe que es un tonto”. El saber no solo
consiste en una simple acumulación de conocimientos. Cuando crees saberlo todo
le cierras la puerta a tu propia superación. Es increíble como hay gente que
porque sabe leer y escribir ¡Cree que sabe leer y escribir! No todo aquel que
te mira puede verte, ni todo aquel que cree conocerte sabe quién eres. Por eso
la vida te enseña que no debes mostrar el mar que llevas dentro a quien no sabe
nadar. Ahora, si insistes en que todo lo sabes demuéstralo contestando las
siguientes preguntas: ¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creo
la familia? Si no puedes contestar, entonces has tuya la frase de Sócrates: “Solo
sé que no se nada”.