Solo pido que esta noche me recuerdes… será mi único y mejor
regalo. Abrázame a la distancia que esta noche quiero dormir cerca del cielo.
Lo nuestro, amor mío, se trata del silencio. De amarnos sin tenernos, de
odiarnos sin dolernos, de sentirnos sin sentirnos… En esta noche quiero
quedarme hablando contigo hasta quedarme dormido o hasta que tenga suficiente
dosis de ti como para soñar contigo. Dime a susurros un “te quiero” y un “nunca
me he ido”. Recuérdame, aunque sea en secreto, en un rincón de tu corazón y no
permitas que me vaya para siempre. En esta noche recuérdame como aquella
persona que un día llego a tu casa, a tu vida y a tu corazón. Aquella persona
que llegó de forma inesperada y con deseos de entregarte toda su alma. ¡En esta
noche no espero nada de nadie! Lo único que quiero en esta noche es que me
recuerdes. Tal vez el frio y el silencio me arrancarán algunas lágrimas pero no
lograran borrarme la sonrisa de pensar en ti… Y si ya no me amas, no me digas
nada… solo recuérdame. Esta noche será corta para ti si tienes compañía y muy
larga para mí porque te extraño. Si en esta noche ríes pero no te diviertes y
en el fondo sientes un vacío que no desaparece aunque estés riendo a
carcajadas, será por el recuerdo de ¡las cosas que hice bien! No me quedará más
que apreciar la luna y las estrellas y sentir celos de ellas porque te pueden
ver y yo no…