Existen leyes naturales, principios o faros en todas las sociedades civilizadas a lo largo de la
historia y el grado en que los miembros de una sociedad los reconocen y viven
en armonía con ellos determina que avancen hacia la supervivencia y la
estabilidad o hacia la desintegración y la destrucción. No estoy haciendo
referencia alguna a determinada doctrina o religión. Hablo de la 1.- Rectitud -
Equidad y justicia. 2.- Integridad y honestidad – Confianza 3.- Dignidad humana
– Igualdad, vida y libertad. 4.- Crecimiento – Desarrollo de Talentos. 5.-
Paciencia – Tolerancia. 6.- Educación – Conocimiento. 7.- Excelencia – Calidad.
8.- Servicio – Contribuir a los demás, etc… Definimos los principios como Verdades
profundas, fundamentales y de aplicación universal. Directrices para la
conducta humana que han demostrado tener un valor duradero, permanente. Razón
tenía Cecil B. de Mille cuando dijo que: “Nosotros no podemos quebrantar la
ley. Sólo podemos quebrantarnos a nosotros mismos y en contra de la ley.” Los
principios son esencialmente indiscutibles, porque son evidentes por sí mismos.
Es absurdo considerar el vivir una vida efectiva basada en sus opuestos: Mala
fe, el engaño, la bajeza, la inutilidad, la mediocridad o la degeneración.