viernes, 22 de diciembre de 2017

Las dos caras del contagio

Los desafortunados de este mundo, que han sido golpeados por circunstancias incontrolables, merecen toda la ayuda, la simpatía y el apoyo que podamos brindarles. Pero hay otros que no han nacido desafortunados o desdichados, sino que atraen las desgracias a través de actos destructivos y su perturbador efecto sobre los demás. Son personas con inestabilidad interior que se irradia hacia afuera y atrae el desastre. Algo así como un deseo de generar el caos y la destrucción. Son fácilmente reconocidos por su larga lista de relaciones fracasadas, por la inestabilidad de su carrera y por la misma fuerza de su carácter, que los envuelve y les hace perder la razón. Padecen insatisfacción crónica, envidias profundas que se reflejan en el descontento de sus miradas. ¡Son personas toxicas altamente contagiosas! A menudo se presentan como víctimas, lo cual, a primera vista, es difícil comprender que sus desgracias son autogeneradas. Antes de que uno pueda darse cuenta de la verdadera naturaleza de sus problemas, ya ha sido contagiado por ellos. Nunca subestime los peligros del contagio que presenta una persona toxica ¡Huya de ella o sufrirá las consecuencias! La otra cara del contagio es reflejada por personas que atraen la felicidad por su buena disposición, su euforia natural y su inteligencia. Pueden constituir una fuente de placer, y usted debiera asociarse con ellas para compartir la prosperidad que esas personas convocan.