¿Sabías que todo es juzgado por su apariencia? ¡Lo que no se ve no
cuenta! Nunca acepte perderse en el anonimato de la multitud o ser sepultado
por el olvido. ¡Ponga toda su fuerza en destacarse! Conviértase en un imán que
concentre la atención de los demás. Llame la atención sobre su persona creando
una imagen inolvidable, incluso controvertida. Pietro Aretino decía que: “Incluso
cuando se realiza una manifestación en mi contra, obtengo mi cuota de renombre”.
Una vez que la mirada de la gente se ha fijado en usted, usted adquiere una
validez particular. Para evitar ser uno más del montón, debe poseer una
cualidad o una imagen que lo diferencie de los demás. La sociedad adora a las
figuras sobredimensionadas, a los individuos que destacan por encima de la
mediocridad general. Por lo tanto, nunca tema las cualidades que lo distinguen
y que llamen la atención sobre su persona. El gran científico Thomas Edison sabía
que, para recaudar fondos, debía mantenerse a toda costa en la mira del público.
Casi tan importante como sus inventos era la forma en que los presentaba al público
y atraía la atención: Preparaba experimentos de gran impacto visual y hablaba
de inventos futuros que en aquel entonces parecían fantásticos. Baltazar
Gracian decía: “Sea ostentoso y hágase ver… Lo que no se ve se considera
inexistente… Fue la luz la que en un principio hizo que todo lo creado se
manifestara. La ostentación llena muchos blancos, disimula defectos y otorga a
todo una segunda vida, en especial cuando la respalda un mérito genuino”.