lunes, 1 de mayo de 2017

La cuerda de la vida


Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua subió sin compañeros y decidido a llegar a la cima. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires…Caía a una velocidad vertiginosa, y en esos angustiantes momentos pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos. Como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas: -¡Ayúdame Dios mío!- De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó: -¿QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO?-  -Sálvame, Dios mío- -¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?- -Por supuesto, Señor-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE- Hubo un momento de silencio y quietud y el hombre se aferró más a la cuerda. Al día siguiente el equipo de rescate encontró colgado al alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda… a tan solo dos metros del suelo…