martes, 2 de mayo de 2017

No cambie de oficio si no recibe beneficio

Cierto día un asno viendo que se le acercaba un lobo y que no podía escapar de él, simuló encontrarse cojo. El lobo acercándose le pregunta la causa de su cojera. El borrico le responde que se le había introducido una espina en una de sus patas y añadió: - Quíteme, por favor, esa espina señor lobo y devórame cuanto le plazca, sin temor de lastimarse la boca. El lobo al oír esto se dejó convencer mansamente y decide quitarle la espina pero al levantarle la pata del asno, este recibió tan terrible patada que se quedó sin un solo diente en las mandíbulas. -Bien merecido lo tengo, porque siendo mi oficio carnicero ¿Por qué me metí a curandero? - Dijo el lobo…