Un millonario que realizaba una fiesta, mira hacia la piscina
donde criaba cocodrilos y grita: “¡el que logre cruzarla y salir vivo al otro
lado, ganará todos mis carros! ¿Alguien se atreve?” Los invitados permanecen en
silencio y el millonario insiste: “Entonces, ofrezco todos mis carros y mis
aviones. ¿Alguien se atreve?” El silencio impera, y una vez más ofrece: “¡mis
carros, mis aviones y mis mansiones!” En ese momento, alguien salta a la piscina.
La escena es impresionante. Una lucha intensa, el hombre se defiende como
puede, agarra la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los
reptiles… Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente
hombre, lleno de arañazos, hematomas y casi muerto. El millonario se aproxima,
lo felicita y le pregunta: “¿Dónde quiere que le entregue los carros, los
aviones y las mansiones?” -“Gracias, pero no quiero nada suyo”. Impresionado,
el millonario pregunta: “Pero si Ud. no quiere nada de lo ofrecido, que quiere
entonces?” Y el hombre le respondió muy irritado: “¡Encontrar al que me empujó
a la piscina!”. Moraleja: Somos capaces de realizar muchas cosas, pero
necesitamos un empujoncito de vez en cuando…