Pablo Neruda dijo en una ocasión: “Queda prohibido llorar sin
aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños. Queda
prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen
menos que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha. Queda prohibido
no crear tu historia, no tener un momento para la gente que te necesita, no
comprender que lo que la vida te da, también te lo quita. Queda prohibido, no
buscar la felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en
que podemos ser mejores, no sentir que sin ti, este mundo no sería igual”. También
queda prohibido levantarse sin ilusiones, vestirse sin esperanzas, salir a la
calle sin fe y andar sin amor. Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar
comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas. Queda
prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y el mal
humor. Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y
a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro. Una más: “Queda
prohibido ilusionarse con los amores prohibidos”.