viernes, 23 de junio de 2017

¿A donde huir?


Todos tenemos nuestros demonios y en algún momento queremos huir de ellos porque nos superan. Pero según lo veo yo, puedes huir de tus problemas o aprender. Huir de tus problemas, sin saber a dónde ni por qué, es una carrera que jamás ganaras porque lo que llevas dentro te seguirá a donde vayas. Puedes huir lejos pero tu mente seguirá recordando aquel lugar y aquellos momentos. Mientras más huyas, mas cansado vas a estar cuando tus problemas te alcancen, porque te perseguirán como si esa fuera su afición. La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio. No hay posibilidad de escape de la evasión continua. De distraernos, de evitar la confrontación, Después de todo, ¿Cómo puedes huir de lo que está dentro de ti? La solución al problema no es huir, es enfrentar tus miedos o te pasarás la vida huyendo. Una huida no es libertad, es una mudanza de problemas. Recuerda que el mundo es tan pequeño que podrías volver a toparte con ellos. El problema de huir de tus problemas, es que también huyes de algunas soluciones. Así que no malgastes el tiempo en intentarlo, el tiempo que deberías usar para solucionarlos. Deja de huir, de tratar de escapar… entre más huyes y te escapas menos te encuentras a ti mismo, porque puedes escapar de todo menos de ti mismo. Lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir. Siempre habrá un motivo por el que continuar. Elena Poe dijo en una ocasión: “Un día despiertas y decides no estar triste, entonces el miedo tiembla, te encuentras a ti mismo y por primera vez no quieres huir…