Cuando éramos niños a nadie le importaba como vestíamos, todos éramos
amigos y podíamos ser nosotros mismos. Los únicos amigos falsos que teníamos eran
los invisibles. Ni siquiera el mal clima nos impedía divertirnos bien. Jugábamos
y hacíamos de todo. ¡Necesitábamos tan poco para ser felices! ¿Y ahora? Cuando éramos
niños nos preocupábamos por el día que se terminaba, ahora nos interesa que el día
se acabe creyendo que el mañana será mejor. ¿Te acuerdas cuando éramos niños y
solo queríamos ser adultos? ¿En que estábamos pensando? Ahora de adultos
queremos volver a ser niños. Cuando éramos niños, decir “Te amo” era lo más
sencillo del mundo y la única frase que más nos
asustaba era “se lo voy a decir a tu mamá”. Cuando éramos niños nos daban un
beso en una herida y dejaba de doler. Ahora son los besos los que nos hacen las
heridas. ¿Se acuerdan cuando éramos niños y nos daba asco el amor? ¡Qué buenos
tiempos! Sueño con el niño que soñaba ser quien soy ahora.