¿Sonríes pero no eres feliz? ¿Lloras pero no hay lágrimas? ¿Mueres
pero sigues respirando? ¡Saluda a la depresión! Esa sensación cuando quieres
llorar y estas en público. Sientes como tu vista se nubla y no te deja ver,
pero te haces el fuerte y te guardas todo. Como la lluvia que cae porque la
nube ya no puede soportar el peso, así caen las lágrimas porque el corazón ya
no puede soportar el dolor. Caer en depresión no es algo que pasa de un día
para otro. Te vas hundiendo poco a poco hasta que ya no puedes hundirte más. Déjame
decirte que en tu vida va a haber al menos un momento en el que te derrumbes
completamente ¡Nos ha pasado a todos! Y cuando ese momento pase, vas a seguir
adelante. Nietzsche decía: “Contra la depresión emplea la vida al aire libre,
la sobriedad, la selección de los manjares, la prudencia ante los licores,
ninguna preocupación y control de las emociones” La depresión no es más que un
exceso de pensamientos y una ausencia de sueños. Cuando la angustia llegue,
cuando la depresión acose, míralas pero no las abraces, contémplalas pero no
las invites. Haz lo que creas que sea correcto para ti, roba un beso, sonríe,
llora, quédate sola, busca compañía, o que se yo, pero hazlo y veras como el
mundo encaja perfectamente para ti. ¡Enfoca toda tu energía no en luchar contra
lo viejo sino en construir lo nuevo! “Aquel que tiene un “porque” para vivir se
puede enfrentar a todos los “cómo”.