Alguien dijo que la muerte es la única que te besa para dejarte
sin aliento para siempre y esta tan segura de su victoria, que nos da toda una
vida de ventaja. Aunque la vida no es igual para todos, la muerte si lo es. Al
final del juego el rey y el peón van a la misma caja. Dice Coello que: “El
hombre es el único ser en la naturaleza que tiene conciencia de que va a morir.
No se da cuenta de que, con la conciencia de la muerte, sería capaz de ser más
osado, de ir mucho más lejos en sus conquistas diarias, porque no tiene nada
que perder, ya que la muerte es inevitable”. El débil teme la muerte; el
desdichado la llama; el valiente la provoca y el osado la espera. No se le debe
temer tanto a la muerte, sino más bien a la vida inadecuada. ¡No hay que
lamentarse por la muerte! Lo terrible no es la muerte, sino las vidas que la
gente vive o no vive hasta su muerte. Benedetti dijo que: “La muerte se venga
de nuestras vacilaciones, la vida se compone de tres etapas: Vacilar, vacilar y
morir, la muerte en cambio no vacila frente a nosotros.” La vida es una fiesta
mortal, solo podemos salir de ella sin vida y como ello es inevitable,
disfrutemos y crezcamos al máximo antes de partir. ¡Vive de tal modo que la
muerte te encuentre tan vivo que hasta dude de llevarte!