Por mucho que te prepares para la muerte de un ser querido, sepas
y aceptes que algún día llegará… nunca estas del todo preparado. Los momentos más
tristes de una persona es perder a ese ser y saber que en esta vida nadie puede
reemplazarlo. ¡Dios se lo ha llevado! Como duele tener a una persona en tu
corazón sin poder tenerla en tus brazos. Es imposible no estar triste… su
ausencia duele pero su recuerdo siempre te hará sonreír y el recuerdo de sus
sonrisas será la mejor manera de seguir adelante. Cuando las personas que
amamos parten... pasan de vivir entre nosotros a vivir en nosotros. Y aunque su
cuerpo no está, siempre su presencia se hará
sentir. Se convierte en el silencio del hogar que tanto compartió contigo, la
brisa que besara tu rostro, una página bonita de la historia… Nos cuesta
imaginar su ausencia porque tantos recuerdos suyos se nos acumulan que ni dejan espacio a la
tristeza. Siempre lo recordamos en cualquier lado, momento, día, noche, siempre
que miramos al cielo, las estrellas y nos preguntamos si nos está mirando y si
nos extraña tanto como nosotros lo extrañamos. Tu… allá arriba entre las
estrellas tienes a alguien que nunca olvidaras. Hoy solo queda esperar que el
tiempo haga lo suyo y traiga paz. El tiempo no cura nada, solo nos ayuda a
vivir con el dolor. Un consejo: No esperes el luto del mañana, para reconocer
la importancia de quienes están hoy en tu vida.