Palabras como cortesía, gentileza y amabilidad, referidas a la
pareja, a muchos les parecen una cursilería. Sin embargo, lo cierto es que las
faltas de educación y los malos modos en la convivencia terminan minando la
relación de pareja. La vida cotidiana nos pone a prueba continuamente, y lo
cierto es que no nos faltan ocasiones para perder la compostura. ¿Por qué se
olvidan los buenos modales? Hay muchas personas para quienes ser educado y
amable forma parte del cortejo y la seducción. Y, una vez que se casan, creen
que ya no hace falta seguir manteniendo ese trato de cortesía. Su error es
pensar que ya tienen al otro seguro. Son muchas las personas que consideran que
los buenos modales solo son necesarios en sociedad, mientras que en casa no hay
que andarse con tantas contemplaciones. Los “por favor, gracias, te importaría,
podrías”
son palabras en
peligro de extinción en muchos hogares. Están a la orden del día frases del
tipo: «déjame en paz, ¡cierra esa puerta!, no aguanto el ruido que haces
comiendo». Eso sin contar la falta de buenos modales que se demuestra en un
sinfín de detalles cotidianos, por ejemplo, poner la televisión a todo volumen
mientras el otro lee, duerme o habla por teléfono. ¿Sabía que la mala educación
empeora cualquier crisis que se esté atravesando en la pareja? El respeto y el
buen trato con la persona que nos interesa son esenciales para que reine la
armonía. Detalles de amabilidad, cariño y cortesía, son el secreto para
establecer una relación duradera y satisfactoria.