lunes, 12 de junio de 2017

Indiferencia


Hay cosas que producen cambios. A veces las más insignificantes son las que generan mayor impacto. Palabras, silencios, indiferencias y desprecios que duelen infinitas veces más que los golpes. Alguien decía que la inocencia de nuestra alma se pierde cuando encontramos la indiferencia de aquel que amamos. No existe falta de tiempo, se llama: “falta de interés” porque cuando la gente realmente quiere  la madrugada se vuelve día, el martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad. El amor siempre encuentra un camino… la indiferencia siempre busca una excusa y el aburrimiento es su máxima expresión. No te merece aquel, quien con su indiferencia te hace sentir invisible y ausente… Bernard Shaw decía que: “El peor pecado contra el prójimo no consiste en odiarle, sino en mirarle con indiferencia”. Si no le quieres no le escribas, si no te vas a quedar no le busques, si no vas a ser parte de su vida, no le enamores. La indiferencia es una forma de pereza, y la pereza es uno de los síntomas del desamor. Nadie es haragán con lo que ama. ¿Qué duele más? ¿La indiferencia de esa persona que alguna vez significó el mundo para ti? o ¿El hecho de saber que le diste un lugar tan importante en tu vida a alguien que simplemente nunca lucharía por ti? Si la indiferencia mata lentamente el amor, la desilusión lo aniquila de una vez.